Ir al contenido principal
La velocidad...

Pasamos nuestra vida corriendo de un lugar a otro, a otra cita, a otra reuniòn, a la U, al dentista... y he aprendido ùltimamente que correr tanto no siempre quiere decir que estas haciendo mucho, y pensas que lo que hacès tiene sentido.

Hay que aprender a disfrutar de los ritmos, de lo que te està pasando ahorita, de lo que tienes para compartir con las personas que tienes a tu alrededor, del chiste del ùltimo momento, del video de you tube, o la canciòn que le gusta a los demàs.

Hoy estuvimos al almuerzo con mis dos ahijadas de Camino Seguro, una de ocho y otra de once, y Ubi, la cumpleañera dice, es fàcil, las dos cumplimos años con la letra o, y si, pasamos felices comiendo pizza y pastelito, tenìa rato de no disfrutar una tarde para compartir con ellas.

Estaba Janeth, que tenìa 5 años y gozò tantìsimo comiendose un pastel en 3 mordidas, eran tan grandes los pedazos que le decìamos que lo hiciera mas despacio, pero ella feliz se lo acabò todo, entre mordida y mordida rellenaba su mini boca de gaseosa de naranja.... jiji, disfrutamos mucho del momento.

La vida esta llena de momentos y Dios nos va marcando la velocidad, que no siempre es a mil por hora, hay que disfrutar del dìa a dìa y de còmo Dios te va dictando tu nuevo destino, quitàndote lo que no es para ti y vaciando tu vaso, para que te quepa mas jugo.

El quitar el jugo a veces es doloroso, pero es parte del proceso, para volverlo a llenar de cosas mejores para la vida. Hay veces que como Janeth, nos queremos comer todo de 3 mordiscos, y hay que aprender a relajarse y disfrutar el momento.

Gocen el ya!! ahorita.


Comentarios

  1. Tan real lo que escriber Pili, la vida se va tan rápido que a veces ni cuenta nos damos que la persona que está a la par nuestra es la que más necesita de nosotros, queremos hacer tantas cosas o quedar bien con otros, cuando el instante más importante y siginificativo fué el que pasamos con la persona que teníamos justo al lado de nosotros.
    La vida familiar y social exige dedicar tiempo y valorar cada instante.
    Abrazos!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Los jefes de mis jefes

No todos los jefes de mis jefes eran buena gente, pero he tenido algunos que son inolvidables. Hoy estuve en la misa de 9 días en San Martín de Porres de José Carlos Paiz y pensé que de las últimas veces que estuve ahí fue para despedir a Don Mario Chiu y hoy a José Carlos. Uno cree que no, pero los jefes además son patrones, que moldean a su gente y su ambiente, de la forma que ellos son. Nos moldearon a su estilo. Hay personas pivotes en la vida de uno. José Carlos fue una de esas personas para mí. Tenía un jefe que me hacía bullying; luego de aguantar varios meses, lo llamé un día, era un sábado. Recuerdo que pasaba debajo del Obelisco cuando tuve esa conversación con él y me dijo: "esta semana la muevo de puesto" y así fue, me cambiaron a otro departamento en la empresa. Le pedí por favor que no le dijera a mi actual jefe y me respondió: "no se preocupe Pili, lo voy a regañar". Me dio pena, pero ahí aprendí lo que ahora le digo a mis colaboradoras: "no hay ...

Bond, 120 Bond

Kores. Era la mejor marca de papel pasante. Venía en varios colores: negros o azules. Los negros eran los que usualmente se tenían en la oficina y se guardaban en su propia cajita de cartòn, se cuidaban como el Liquid Paper. Primero iba una página blanca —la que se mandaba al destinatario— y luego venían varias copias, en papel rosado o amarillo. Era el papel copia. La carta original era de mejor gramaje, papel bond 80, el clásico para las cartas que hacíamos en los 80s. Cuando estaba nuevo el papel, traspasaba el mensaje a todas las copias. Conforme se iba gastando, las últimas páginas, las rosaditas, ya no se podían leer; se desdibujaban los mensajes. Una copia para contabilidad, otra para el cliente y el original al destinatario. No sé qué se hicieron todas esas copias de colores que se utilizaban en la comunicación... Hoy estuve en mi clase de yoga con Karen, porque Joaquín está enfermo. Nos puso a hacer una postura que se llama la paloma. Es sentarse sobre media pierna y estirar l...

Parada de cabeza

5:55 a.m. Suena la primera alarma y empieza mi baile matutino: la pospongo una vez, luego otra, hasta que finalmente, a las 6:22, salto de la cama. Antes de empezar el día, acaricio un rato a Farah para despertarme bien. Luego, me voy a bañar. Todo está cronometrado en múltiplos de 8: ocho minutos para ducharme y vestirme, ocho minutos para dar vueltas, y a las 6:45 a.m. ya voy en el carro rumbo a la misa. Mis días favoritos son los lunes. Es el día en el que, sin excusas, hago todo lo que considero ideal: la misa, la caminata con las jamonas, el desayuno y luego, sentarme a trabajar. Conforme avanza la semana, mi energía para seguir la rutina estricta va disminuyendo. Salto de día en día hasta el viernes, cuando voy al Santísimo. No sé de dónde saco las fuerzas, pero el poder del fin de semana me impulsa a cumplirlo. En diciembre, en mi manifiesto de propósitos de año nuevo, prometí escribir un blog mensual y correr una carrera de 5 o 10K. Pues bien, logré la de 5K de McDonald's, ...