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El sueño de ir a la U

Era un sueño compartido con mi mamá Cristina. Ella siempre fuè y ha sido una mujer muy estudiosa y excelente para tomar notas, con una excelente redacción y ortografía gracias a su pasión por leer todo lo que le pasa por en frente que le interese. Admito que no estaba muy segura de ¿què estudiar?, pero en ese momento la carrera de moda era la mercadotecnia, mis papàs ambos muy trabajadores, les gustò la carrera, decían que era la técnica detrás de un buen vendedor.  Mis dos padres son destacados vendedores, networkers, conversadores y conectores de personas por donde han pasado.

Tenia 16 años cuando empecé la U, iba feliz porque teníamos grupito, mi amiga del alma Diana, que vivía al final de las Amèricas, era mi alera para esta gran aventura, mi mamà empezó a pagar la U, pero al mes que estábamos en el camino, me dijo que si probaba encontrar un trabajo para ayudar con la mensualidad. Y asì fuè, asistí a la U desde las 7 am y terminábamos a las 11 am, tiempo que me daba para regresar a la casa y a la 1 pm, me subía en la camioneta, la 20 que pasaba por las Américas, y 16 calle zona 14, para ir a mi primer trabajo, 1 ave 8-01 de la zona 1, en la agencia de publicidad Piràmide con don Victor Molina.
Recién tenia mi licencia de conducir, un cartoncito amarillo recién emplasticado, yo me consideraba alguien miedoso para manejar, me gustaba ir en la mitad de dos carriles, asì nadie se me pegaba al carro y no rayaba el auto, uno de los tesoros familiares de mi papà, un Toyota Cèlica modelo 73, como yo, nacimos en el mismo año.
Cuando aùn iba al colegio, un dìa, una de mis mejores amigas Shary, se quebrò el piè y lloraba, y me dijo Piluca llévame a mi casa y yo casi me muero, porque no pasaba de ir a Paiz Americas en el carro y le dije que no, pero me decía es que nadie puede venir por mi, vamos manejando y al lado te voy a ir acompañando para que no te pase nada. Y asì fuè nos fuimos del Lehnsen hasta la Roosevelt, a la altura de Utatlàn hasta su casa, y no pasò nada, ese fuè uno de mis inicios y a la semana, ya tenía mi licencia nueva.
Ahora era mas aventada con el auto, ya podía ir a la Montufar… jajaja! El reto de ir a la U, implicaba el transporte, asì que con Diana, mi amiga aventada el primer dìa, ya había conversado con varias de la clase y fuè asi como Ingrid, Mariella y Pili eramos las intrépidas al volante. Habíamos diseñado un sistema para movilizarnos para ir todas juntas a la u, el carpooling,  una semana llevaba Diana, luego Ingrid, Mariella y de ùltimo yo.  Todas manejábamos despacito en autos viejitos a la U, algunas no funcionaba un vidrio o el respaldo del chofer se vencía, pero nos las ingeniábamos para irnos riendo en el camino.
Todas vivíamos cerca, zona 13, 14 y zona 10, armamos la ruta y en el camino nos íbamos cantando y contando de las tareas por hacer. Éramos el grupito para hacer las tareas de la clase. Brillábamos, éramos de las mejores estudiantes de la clase.
Mi catedrática favorita de la U, Analù Arroyave, quien nos diò clases de Publicidad y Promociones, en el primer o segundo semestre de la carrera, todavía es mi amiga. Ella entraba a la clase con un vestidito sastre blanco, con una blusa de vuelitos rosada o amarilla, una mujer súper ordenada y estructurada, llenaba la pizarra de diagramas de llaves, definía la clase, la escribía, luego se sentaba sobre el escritorio y fumaba un cigarrillo. En ese momento se desarrollaba la campaña 10, de la chica de 10, Bo Derek, la sex simbol del año, el equivalente de las Kardashians de los 90. Analù trabajaba con la agencia de publicidad que llevaba la campaña de marketing de los cigarros del momento, Belmont 10. Nos contaba como la canción del momento de Phil Collins, no se lograba negociar los derechos de autor. La escena, una casa divina en la playa, en la que se escuchaba la música y un zoom in mostraba la escena perfecta alrededor de la piscina. Todo lo que contaba me encantaba, me fascinaban sus historias alrededor del mundo de la publicidad, que siempre me enganchò.
Mi tío Walter, publicista, vallero de Medellìn siempre me regalaba las revistas que a el le daban de publicidad, y me las devoraba, me leía todos los casos de éxito, siempre me gustaban las campañas de jeans de Levi`s o la marca del momento. Amaba leer los libros de liderazgo, historias de Pepsi, Coca Cola y Lee Iacocca, no podían faltar.
No siempre nos portábamos bien, teníamos una clase que no nos gustaba, la de tesis, y a veces nos escapábamos. No había nada en zona 15, para ir durante la mañana, asì que nos íbamos a Mc Donalds de la zona 9, ahí una vez, encontramos al mismo profesor durante su periodo de clase. Creo que ni a el le gustaba darla. Jajaja!
Teníamos compañeros mayores en la U, que nos decían, la otra semana, en la mochila, traigan la calzoneta y nos vamos para Amatitlàn, vamos a esquiar y comer algo, y si, super apuntadas, también paseamos durante el perìodo de las clases. 
Las mañanas eran muy frìas, y sentíamos la U helada. Mi sudadero favorito el de Benetton azul, me lo ponía casi que diario, era el que resistia con mis jeans abombados el estar en esos fríos. Pasamos 3 años en la mañana y luego era obligación pasarse al marketing de la tarde.
Un día en la clase de estadística, mi profesor se enfermò, se sentía super mal, se retorcia de dolor. Lo metí en mi carro y me lo lleve a la emergencia del hospital Centro Medico, solita yo con el, me lo lleve y esperé hasta que alguien de su familia apareció. Mis compañeros me dijeron que uno no hacia eso, que llamara a los bomberos y esperara, pero al final no lo pensé, mi instinto de ayudar y mis células de empatía, reaccionan a los días de las cosas que por ayudar hago. Mi profesor, estaba muy agradecido de haberlo ayudado en su cólico de piedras en la vesícula que tenia.
La carrera que debía durar 5 años, me tomò 12 en terminarla, en el 93 fuimos con mi familia a vivir a Tegucigalpa, estudiè en el Unitec y luego regresè a Guate. Cuando volvì cambiaron el pensum. Mi grupo perfecto de amigas de la clase ahora se estaba graduando y yo tuve que empezar a socializar otra vez.  Me tocò llevar clases entre semana y el fin de semana, llevaba una los sábados a la 1 pm, el horario que todos estaban en la Marina del Rey, llevaba una clase de lógica, verdadero, verdadero es verdadero, era tan difícil estudiar el sábado, siempre buscaba sentarme detrás de la colocha, asì si estaba aburrida, pintaba un rato en el cuaderno. Así y todo me logré emparejar en las clases. Y conocí a Bel y Karin, amigas del alma, mis nuevas aleras de la noche.  Con Bel estudiábamos juntas, trabajábamos juntas, nos casamos al mismo tiempo, vivimos recién casadas en la misma cuadra, en fin nos veíamos casi las 24 horas del día.
Me tardé mucho en poder terminar la U, sentía que ya no salìa, pero alguien me decía, el tiempo siempre pasa, nadie lleva la cuenta, sigue tratando. Asi, que al estilo de una maratón, seguía resilente en llevar las clases que me tocaban.
Las asignaciones eran una telenovela, había que madrugar y hacer cola de a 50 almas en el registro, todo era manual, esperar a ver si había cupo, y entrar, ya no importaba si tenìas amigos en la clase, era terminar de limpiar las clases.
Solo tenía unos tacones, los morados, eran amplios y se me ponían solos, lo que si tenía muchas era minifaldas, que variaba con unas super chaquetonas que se usaban con hombreras de jugadores de futbol americano, en la noche el vestuario cambiò, muchos trabajaban ya en multinacionales o empresas grandes.  En mi grupo tenìamos nuevos integrantes, Jose Manuel y el Chinito, ambos trabajaban en Gillete, tenìan laptop y un programa nuevo que se llamaba Power Point, asì que combinábamos nuestro ingenio chapín, con unas súper presentaciones que hacía el Chino, lo mejor de la presentación era un cierre, que era un telón rojo que se abría y cerraba y … tenia aplausos. Nadie mas de la clase tenía compu, había que apartar la cañonera con meses, según el dìa que te tocaba dar la clase.
Mientras estudiaba siempre trabajé, primero en Piramide con don Victor Molina, locutor famoso de la radio de Guatemala, vos de la radio de América, excelente publicista, que le gustaba hacer grandes fiestas en su aniversario. La primera que fuì, con el grupo Rana, fuè inolvidable.
Luego trabajé en Bata, empresa canadiense, que comercializaba los Bubble Gummers, los zapatitos mas chavitos, vendíamos para todo Centroamérica y el caribe, ahí era merchandiser, íbamos a hacer las vitrinas en diferentes tiendas de retail de Guatemala, la mas bonita, la de zona 7 de Mi Amigo, también se tenìan tiendas en el centro, Sandak, que vendían zapatos plásticos que se fabricaban en la oficina central en la 12 ave zona 1, cerca de la virgen de Santo Domingo.
En el 93, cuando regresamos de Honduras a Guatemala, iniciè a trabajar en Zaz! Una tienda por departamento en los Próceres zona 10. Ahí por el volumen de trabajo me costaba poder llevar todas las clases del pensum, y empecé a dosificar las clases que tomaba. Llevaba una o dos por semestre, dependía de si era inicio de año o fin de año. La temporada alta del retail era muy demandante de trabajo, me costaba llevar el ritmo. Me las ingeniaba para poder hacer las tareas de la U y las del trabajo, un dìa se me ocurrió comprar una mini grabadora de Sony y ahì dictaba a Elisa mi secretaria en ese momento, los Memos o las autorizaciones a los proveedores para el dìa siguiente.  Teniamos compu, pero no existían las portátiles, se emitían los memos y luego mandábamos los faxes a las tiendas, en ese entonces Paiz tendría 18 tiendas. Se emitía el memo, se grababa en el fax y se programaba para que poco a poco se mandara a las tiendas.   
Al terminar todas las clases de la U, de los retos mas difíciles fue realizar la tesis, con el ritmo de trabajo que llevè, me costaba buscar espacio en la agenda, fue asì como con Bel y Ceci, encontramos que todos los sábados, todas las tardes nos sentaríamos cada una a trabajar en su tesis, y fuè asì como la hicimos, pulimos y entregamos. Presenté el examen y me pidieron cambios, que pasaron los años y no hice. No sentía energías luego de tanto estudiar y trabajar. Tanto asì que mi mamà me decía a la hora del almuerzo (todos los días) y la tesis? Y yo solo sonreía, no me daban ganas.
Pasaron los años y no lo hacia, solo rezaba, Dios, dame energías para terminar esto. Y asì, recè por un año… jaja
Hasta que me senté y la terminé, la entregué.  El dìa que entreguè todo listo, era el dìa de mi despedida de soltera en el que me iba a casar.  Se usaba con las maquillistas y estilistas hacer un maquillaje y peinado de prueba. Me fuì a la U ya lista, tenía maquillaje, peinado apretado un moño bajo atrás, y la Directora de la carrera me dijo, mira y porquè no das clases en la U, hiciste una buena tesis, tienes experiencia, tus clases serìan entretenidas para los alumnos, y si probas?
Y le dije, mire, recè tanto para poder terminar esto, que démosle, tal vez Dios me necesita para ayudar a los demás a ser apasionados del marketing. Fuè asi que empecé a dar la clase de Publicidad y Promociones.
Siempre he amado leer y estudiar, y durante mi carrera, que pagaba Q450 la matricula del mes, no me alcanzaba para comprar los libros del texto, que en ese entonces, los libros de la Mc Graw Hill costaban Q400. No tenia para los textos, preguntábamos, mire que capitulo entra en el exàmen? El 6, íbamos a fotocopiarlo por Q25 y asì podíamos estar listos para el exàmen de la clase.
Asi que la mejor bendición de dar clases, era tener el libro de la clase entero para mi, nuevito, sellado por todos lados que era libro gratis de la editorial, que bendición, todo ese conocimiento todo para leerlo y poderlo compartir. Fuè asì que por mas de 7 años he dado clases a los alumnos en diferentes cátedras.
La U siempre renueva, un día estaba en la fotocopiadora cuando estaba sacando copias de un laboratorio y le dije al joven de la máquina, vos, haceme 40 copias de este trabajo porfis. Y un señor de la cola me dijo, esta es cola de catedráticos por favor hágase en la de los alumnos … y yo … solo sonreí. 
Al Papa Francisco le gustan muchos los encuentros con los jóvenes, en su paso por las jornadas de la juventud de Panamá, dijo que los jóvenes le rejuvenecen, siento lo mismo. Me encanta conversar con mis alumnos y que me cuenten de su dìa a dia.
He tenido oportunidad de estudiar en casi todas las U de Guate, en la UFM, en la Galileo, en la Mesoamericana y en el Unitec de Honduras, en unas he terminado, en otras he ido a algunas clases. Un día estaba en el acto de inauguración de la U, y cuando nos sentamos en sillas plásticas en el patio el Director dijo, bienvenidos, en esta universidad están para hacer dinero y si algún día alguien les dice cuanto cobran, uds. Cobren caro, nunca regalen su talento a nadie.
En la noche estaba en shock, llamè a mi mama, y le dije mami, que pasò? Y me dijo Pili, esa es la escuela austriaca de pensamiento, nunca me gustò, por eso tus colegios y las universidades siempre nos enfocamos en que tu buscaras en servir a los demás, el dinero vendría después. 
Otro día en esta misma U, hice una pregunta, que el profesor me dijo, que si no iba a hacer preguntas inteligentes que mejor no opinara, y un amigo me dijo, Pili con este profe mejor no diga nada si quiere ganar. Y no pude, fuì a la rectoría a denunciar al profesor, que si no tenía paciencia que mejor se dedicara a otra cosa.
Así que, cada dìa aprecio la bendición que tuve de estudiar en la Landívar, porque aprendi a hacer las cosas con excelencia, con dedicación y no tener miedo nunca de decir lo pienso, aunque sean disparates. Gracias San Ignacio de Loyola, Gracias U, Gracias a todos mis amigos entrañables, que con su vida han terminado de tejer la mía. Muchas razones para celebrar la U.  Felices 60 años, Landivar de Guate :)!

Quieres ver las fotos? miralas en instagram como @pililinamejia

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